jesus flores

sábado, 14 de noviembre de 2009

ventas y cobranzas

Ventas y Cobranza

En una empresa no basta con que el vendedor realice una buena venta, tenemos que enfocarnos en el pago de esta venta, es decir, en la cobranza. A continuación les explicaremos porque las ventas y la cobranza deben de ir de la mano...



¿Por qué la venta y la cobranza son hermanas siamesas?

Recordemos lo que son unos hermanos siameses:

siameses son gemelos que nacen y viven con sus cuerpos unidos y que no podrían vivir el uno sin el otro, y su destino es colaborar estrechamente durante toda su existencia para poder sobrevivir.

Con bastante frecuencia ocurre que empresas que han alcanzado un notable éxito en el área de comercial y han conseguido un buen nivel de ventas, se declaran en suspensión de pagos por falta de liquidez, o peor aún, han de cesar sus actividades empresariales por bancarrota. La explicación a este inesperado fracaso empresarial está en que dichas empresas han concentrado sus esfuerzos en vender, pero han descuidado el cobro de sus ventas.

Estas empresas no han sabido (o todavía peor no han querido) cobrar correctamente a sus clientes, y esta circunstancia les ha provocado serios problemas de liquidez, así como les ha ocasionado dificultades para financiar su realizable, y por último les ha sumido en una situación de insolvencia.

La idea central es que la morosidad de los clientes, puede llevar a la quiebra a empresas que han triunfado en el ámbito comercial. Un estudio de la CE reveló que una de cada cuatro empresas de la UE cae en bancarrota por culpa de la morosidad (con frecuencia deliberada) de sus clientes.

Por lo cual el objetivo de toda empresa es acelerar al máximo la entrada de los cobros y para ello debe adoptar los procedimientos que optimicen los flujos de cobro y a su vez aumentar la liquidez y mejorar su tesorería; una buena gestión de cobros también contribuye a reducir las necesidades de financiación de los recursos invertidos en clientes y por ende los gastos financieros.

Por consiguiente la rapidez con que se realizan los cobros de las facturas es esencial para la competitividad de las empresas. Cualquier retraso a la hora de cobrar alarga el desfase temporal entre los flujos de salidas de caja y las entradas, lo que ocasiona un notable deterioro de la situación de tesorería de las empresas y hace aumentar sus gastos en concepto de intereses y por lo tanto de sus costes financieros.

Las empresas deberían preocuparse por cobrar puntualmente todas las ventas realizadas, ya que cada día de retraso en el pago de una factura vencida supone a la empresa acreedora un costo financiero; y por consiguiente la misión del equipo de cobros es muy importante para la cuenta de resultados de la empresa.

Y no hay que olvidar que uno de los factores clave para la buena marcha de las empresas es la capacidad que tienen en generar tesorería, y esta capacidad es directamente proporcional a la eficacia de las compañías en la gestión del realizable.

Hay que tener en cuenta que uno de los principios más universales de la buena gestión financiera está basado en el axioma de que la medición del valor de una empresa se efectúa mejor evaluando los flujos de tesorería que calculando los beneficios contables. Por consiguiente a la hora de medir la riqueza de una empresa, la mejor magnitud que se puede emplear es el flujo de caja y no el beneficio contable.

La empresa recibe los flujos de tesorería y puede reinvertirlos en el negocio, sin embargo los beneficios contables se contabilizan cuando se perciben, en vez de hacerlo cuando el dinero está realmente disponible para la empresa.

Consecuentemente es más válido realizar la valoración de una empresa utilizando las entradas de tesorería (concepto dinámico) que el beneficio (concepto estático) que proporciona el negocio. Además el beneficio generado es una magnitud mucho más manipulable que los flujos de caja.

Otro de los axiomas más importantes en finanzas es el principio del valor temporal del dinero. Este axioma afirma que el valor del dinero mengua con el paso del tiempo, y que por consiguiente un euro recibido hoy, tiene más valor que un euro percibido en un momento futuro. Por un lado este principio está sustentado por la rentabilidad que se puede obtener del dinero recibido hoy, –por ejemplo en forma de intereses si se invierte adecuadamente el capital– por lo tanto si no se recibe el dinero se sacrifica el potencial de beneficio de un euro obtenido hoy. Por otro lado está el fenómeno de la inflación, que hace perder valor a las unidades monetarias, por lo que la unidad monetaria percibida en el futuro, tendrá menos valor que esta misma unidad monetaria recibida hoy. Por consecuencia este concepto del valor temporal del dinero es fundamental en la buena gestión financiera, y debe estimular a las empresas a recibir el dinero lo antes posible.

Todas las empresas necesitan liquidez, como un automóvil necesita el combustible para mantener el motor en funcionamiento y poder circular. No obstante los impagados son como pérdidas del carburante que perjudican la velocidad de circulación y siguiendo el símil, los incobrables son fugas de gasolina tan importantes que deben ser cortadas enseguida para evitar que el motor se quede sin combustible y se llegue a parar.

Por estos motivos es necesario que los flujos de cobro funcionen bien y que vayan inyectando constantemente y en abundancia dinero en la tesorería, de modo que si las empresas obtienen liquidez constante, marcharán bien. Por el contrario cuando una empresa no consigue cobrar puntualmente sus facturas (por culpa de la morosidad de sus clientes) no podrá atender sus propias obligaciones de pago y su tesorería entrará en crisis.

Además, cuando se producen incrementos de las necesidades de tesorería provocados por unos plazos de pago prolongados, las empresas deben buscar recurrir a terceros para obtener los medios financieros necesarios. Pero el descuento de efectos y los servicios financieros de factoring, aunque ofrecen ventajas a las empresas para la gestión financiera y la obtención de liquidez, también suponen un coste financiero elevado y además no se pueden utilizar en todos los negocios.

Otro punto es que en muchas ocasiones, los créditos incobrables provocan a la empresa afectada unos quebrantos económicos tan importantes, que su solvencia a corto plazo se ve afectada. Y en el peor de los casos los fallidos pueden obligar a la compañía a cesar definitivamente sus actividades empresariales.

De modo que la gestión activa de los cobros permite que las empresas reciban un constante y abundante flujo de tesorería; dinero que pueden reinvertir en la empresa y por consiguiente no tienen que recurrir a la financiación externa. Por lo cual un flujo de tesorería cuantioso asegura una buena salud financiera a las empresas. Y además evita que éstas tengan que recurrir a fuentes de financiación temporal, con lo que se consigue un ahorro considerable de intereses financieros.

Ahora bien, aquellos tiempos en los que la palabra era suficiente para garantizar el buen fin de las operaciones comerciales y en los que los malos pagadores eran señalados con el dedo y marginados de la actividad mercantil ya han pasado a la historia. La moralidad en el mundo de los negocios no sanciona las malas prácticas de pago, y hoy en día el retrasar intencionalmente los pagos a los proveedores se considera muchas veces como equivalente a una buena gestión empresarial. En la actualidad se han extendido universalmente unos nefastos hábitos de pago que suponen un riesgo importante para las empresas proveedoras de bienes y servicios.

Hay que hacer notar que el deterioro de las prácticas de pago no sólo se debe a factores coyunturales, sino que también refleja una evolución estructural de las relaciones entre empresas. Por lo tanto el fenómeno de la morosidad no se debe imputar únicamente a la evolución de los ciclos económicos, sino que también existen causas estructurales.

Indudablemente la morosidad pueda aumentar debido a causas coyunturales, como puede ser la desaceleración de la actividad económica o el enfriamiento de la economía, puesto que en períodos difíciles, en los que se produce un encarecimiento del coste del dinero, las empresas utilizan la prolongación de los plazos de pago como un sustitutivo de los créditos bancarios. También es cierto que en épocas de crisis los índices de morosidad se suelen disparar y se producen fenómenos de siniestralidad en cadena, puesto que los problemas en el pago se contagian entre las empresas.

Pero además hay que tener en cuenta otras causas estructurales como pueden ser la actitud de algunos actores económicos ((como es el caso de las grandes corporaciones empresariales, las enormes empresas industriales, la gran distribución comercial, el sector sanitario y las administraciones públicas) de prolongar deliberadamente los plazos de pago –o sea fuerzan al proveedor a conceder aplazamientos más largos– aprovechando su posición dominante en perjuicio de las empresas más pequeñas.

Y otra causa estructural es la cultura de la morosidad que se ha desarrollado en los últimos tiempos en muchos sectores, hasta el punto que pagar tarde se ha convertido en un comportamiento económico generalizado. Muchas empresas, que en sentido estricto no pueden ser calificadas como morosas, demoran intencionalmente los pagos a proveedores para obtener beneficios atípicos gracias al float comercial obtenido con los flujos de efectivo retenidos. Estas empresas se dedican a jugar con el dinero de muchos de sus suministradores –sobre todo se ceban en las empresas más pequeñas de modo que consiguen hacer dinero a costa de los proveedores.

Por consiguiente las prácticas de dilatar los pagos son básicamente fruto de una cultura empresarial que se ha desarrollado no sólo debido a factores económicos, sino además a las malas prácticas de pago imperantes en las relaciones mercantiles.

Para combatir la morosidad empresarial, la idea central es disponer de un buen departamento de cobros que se encargue de controlar las cuentas por cobrar y de acelerar el proceso de entrada de efectivo en la tesorería.

Pero hay que tener en cuenta que la gestión de cobros no es una función que se puede realizar por si sola, sino que es una actividad que necesita tiempo y recursos.

Haciendo un símil podemos decir que la gestión de cobros es como ordeñar a las vacas. Las cuentas de clientes son como las ubres de la vaca, si el granjero se limita a poner un cubo debajo de las mamas del animal y esperar a que la leche caiga por si sola, con toda seguridad no va a obtener nada de líquido. Pero si ordeña a diario a las vacas, podrá obtener el líquido que es la esencia del negocio. Por supuesto para ello deberá dedicar diariamente el tiempo y el esfuerzo suficientes para el ordeño. La gestión de cobros se basa en el mismo principio: no esperar pasivamente a que el cliente efectúe los pagos, sino ordeñar activamente las cuentas a cobrar para sacarles jugo.

Igualmente hay que tener en cuenta que los saldos de clientes no son como los buenos vinos de crianza, en el sentido de que dejándolos reposar durante cierto tiempo en barricas, se consigue que aumente la calidad de los caldos, obtener excelentes vinos de reserva y hacer que suba su valor en el mercado; por el contrario las facturas vencidas son como los yogures clásicos (no pasteurizados); tienen un ciclo de vida muy corto y si no se cobran enseguida se echan a perder para siempre.

En cuanto al recobro de impagados, hay que tener en cuenta que por lo general, la reclamación de pagos a los deudores, es considerada como una de las tareas más duras que se pueden hacer en la empresa. Para mucha gente ir a cobrar una deuda suele provocar una sensación de embarazo (generalmente resulta más embarazoso para el sujeto que quiere cobrar que para el deudor).

En los países Iberoamericanos, por motivos culturales, persiste todavía una cierta vergüenza a la hora de reclamar el pago de una factura, puesto que no parece educado o elegante hablar de cuestiones de dinero y menos exigir el pago de una deuda.

Al revés de lo que sucede por ejemplo en los países anglosajones, en los que se ha desarrollado una fuerte cultura del cobro, y donde reclamar una deuda se considera algo tan natural como ofrecer un nuevo producto a los clientes, en los países Iberoamericanos no existe aún una verdadera cultura empresarial de cobros.

La ausencia de una cultura de cobros es sin duda un hecho diferencial existente en las naciones Iberoamericanas respecto al resto del mundo; los empresarios no tienen ninguna prisa en cumplir con sus obligaciones de pago ya que por un lado no existe una presión social (ni tampoco legal) que les fuerce a ser puntuales en la liquidación de sus deudas mercantiles (o sea no está mal visto por la sociedad retrasar los pagos).

Y por el otro lado, los proveedores en los países Iberoamericanos son demasiado tolerantes con los deudores; en efecto a la gente de las empresas les gusta más dedicarse a vender y a hacer relaciones públicas con los clientes que a hablar de las condiciones de pago y a reclamar el pago puntual de las facturas.

Además en los países Iberoamericanos hay una conciencia colectiva de resignación a cobrar tarde, de modo que el sentimiento imperante en las empresas españolas es que cobrar tarde o cobrar mal, es algo habitual y no se puede hacer nada para evitarlo.

Por consecuencia los directivos iberoamericanos por una cuestión cultural, son reticentes a la hora de reclamar el pago de las facturas pendientes. Este pudor forma parte de la cultura hispana en la que la tradición considera de mal gusto tratar abiertamente las cuestiones pecuniarias, por lo que al personal de las empresas proveedoras les da apuro recordar a los clientes que han de efectuar el pago de las deudas vencidas.

Igualmente el temor a experimentar el rechazo del cliente, frena las iniciativas de reclamación de los acreedores.

Los ejecutivos hispanos son excelentes vendedores de sus productos, tanto en el mercado nacional como en el internacional, pero en cambio son mediocres cobradores de sus créditos comerciales, puesto que les gusta vender y hacer negocios, pero les disgusta hablar de dinero y solicitar el pago de las operaciones. Por consiguiente en los países iberoamericanos todavía da corte pedir a los deudores que paguen, debido a un sentimiento de vergüenza mezclado al de culpabilidad.

Estos condicionantes tan propicios para los morosos, incluso llevan a situaciones perversamente absurdas, en las que el deudor se hace el ofendido cuando el legítimo acreedor le solicita el pago de la factura vencida hace muchos días, y el representante del acreedor acaba pidiendo disculpas al moroso por las molestias ocasionadas y por haber dudado de su honorabilidad (por supuesto sin haber conseguido cobrar un céntimo del débito) lo que no deja de ser una circunstancia exquisitamente surrealista e inconcebible en otras latitudes.
Esta falta de cultura empresarial para reclamar los cobros no existe en la Europa no ibérica, en los USA, o en Canadá, puesto que en estos países cuando se hacen negocios lo primero que se hace es dejar bien claras las condiciones de pago y los hombres de negocios europeos y estadounidenses son muy rigurosos con el cumplimiento de los plazos de pago. Las empresas en el norte de Europa y las de los USA, practican la tolerancia cero con los deudores y al día siguiente del vencimiento ya están reclamando el pago de las facturas pendientes (a las que han sumado sus correspondientes intereses de demora).

Además mucha gente piensa erróneamente que reclamar deudas es sinónimo de confrontación. Es decir la imagen de un enfrentamiento con el deudor acude instantáneamente a la mente del empleado inexperto, al que se le encomienda el cobro de una factura impagada.

El miedo al rechazo y a una posible confrontación, hacen que el acreedor demore innecesariamente la acción de cobros. Por este motivo muchas empresas esperan días e incluso semanas para poder cobrar por miedo a un enfrentamiento con el deudor. Consecuentemente la gente evita reclamar impagados porque quiere ahorrarse una situación desagradable. Esto hace que los cobros sean la función menos popular en la empresa, ya que para muchos cobrar significa tener que enfrentarse, discutir, gritar, amenazar e insultarse con los deudores.
Pero los profesionales del cobro de impagados saben que la mayoría de la gente acaba pagando si se les pide adecuadamente que cumplan con sus obligaciones. Por consiguiente solicitar el pago de una deuda no tiene porque ser un acto de confrontación, sino una práctica normal en los negocios.

Por lo tanto podemos afirmar que con métodos de cobro normales y un comportamiento natural se puede cobrar el 95% de las deudas.
La recuperación de impagados tampoco requiere estrategias complicadas o complejos planes de acción para hacer pagar a los deudores. En lugar de emprender actuaciones intrincadas, el mejor camino para recobrar un impagado es dirigirse directamente al deudor y pedirle que pague. La mayoría de las veces se consigue el cobro tras una negociación con el moroso y haber llegado a un compromiso de pago.


miércoles, 30 de mayo de 2007

procedimientos de auditoria de cuentas de activo pasivo y capital

LOS PROCEDIMIENTOS RECOMENDADOS PARA LA REVISION EN AUDITORIA DE LAS PRINCIPALES CUENTAS DE ACTIVO, PASIVO Y CAPITAL SON.


CAJA:


Arqueo: Principal procedimiento, consiste en efectuar un recuento físico.

RECOMENDACIONES y Cuando existan varios fondos es conveniente establecer un control simultaneo de todos.
• Solicitar la presencia de un funcionario que ratifique la actuación del Auditor .


•Conocer el importe a arquear para comparar lo contado con los registros.

•Al concluir el arqueo debe exigirse la firma de conformidad al responsable del fondo.

• Si se determina alguna diferencia entre lo contado y el registro en libros, esta debe hacerse del conocimiento del funcionario y en conjunto proceder a su aclaración


BANCOS


I. Confirmación bancaria: Enviar una carta al banco donde se maneja la cuenta bancaria, para solicitar el saldo que aparezca en la cuenta de cheques de la empresa. Para cumplir con esto, el I.M.C.P. y la Asociación de Banqueros de México, aprobaron en común una forma de solicitud de datos que es la que reconocen los bancos. Si el saldo entre los libros y el banco no coincide se aplica el procedimiento siguiente.II. Conciliación de saldos: Determinar y analizar las partidas que establecen la diferencia entre el saldo en libros y el banco. Generalmente no coinciden por: Depósitos y cheques en tránsito, Cheques depositados no pagados, cargos por manejo, por cobranzas, comisiones, intereses, etc.




CAJA Y BANCOS


Para ambas cuentas:


I. Estudio y análisis de movimientos: Se debe aplicar simultáneamente a las cuentas de caja y bancos. Seleccionar un periodo cualquiera y revisar los movimientos registrados, para determinar si son normales y si se encuentran debidamente amparados. Las partidas que no parezcan corresponder a operaciones normales deben revisarse exhaustivamente.


II. Corte de ingreso y egreso: Se determinan claramente los últimos ingresos y los últimos pagos para concluir si el ejercicio examinado incluye las operaciones que le correspondan y no que se están registrando en periodos diferentes de los de su recepción o pago real.


INVERSIONES Y VALORES


I. Arqueo: Recuento físico de los títulos que amparan el saldo de inversiones relativo.


II. Confirmación: Si los valores están depositados, se debe escribir al depositario para que confirme la cantidad y características de los valores depositados.


III. Análisis de movimiento: Verificar las compras y ventas más importantes cuidando autorización y precio. De ser necesario indicar el motivo de la operación.


IV. Cálculo de rendimientos: Efectuar cálculos globales que tiendan a comprobar de manera aproximada la corrección de la totalidad de los productos obtenidos por este concepto.


V. Valuación: Verificar el valor de cotización de los títulos para juzgar si su presentación en los estados financieros es adecuada.


CUENTAS Y DOCUMENTOS POR COBRAR


I. Confirmación de adeudo: Ø Circularización.Ø Enviar una carta para confirmar saldo deudor.


II. Cobros posteriores: Ø Verificar los pagos o las entregas parciales a las cuentas por cobrar realizados en días posteriores.


III. Arqueos de documentación: Ø Verificar la autenticidad del derecho a cobro a favor de la empresa.Ø Cuidar fecha de vencimiento, autenticidad de la firma del aceptante, etc.


IV. Análisis de saldos: Ø Estudiar los movimientos de las cuentas para determinar la corrección de las operaciones.


V. Conexión contra otras cuentas: Ø Aprovechar los efectos de la partida doble, esto es, que el saldo de una cuenta corresponde al saldo de otra cuenta. Ø Investigar ampliamente las diferencias.


VI. Estudio de la recuperabilidad: Ø Las cuentas por cobrar que presenten dudas respecto de su recuperabilidad deben ser castigadas por el importe que se considere incobrable.



INVENTARIOS


I. Inspección de la toma física de inventarios: Ø Recuento de los materiales a una fecha dada para determinar las cantidades reales de existencia.


II. Confirmación de material en poder de terceros: Ø Si se tiene mercancía en almacenes de depósito y/o en consignación, el auditor puede solicitar la ratificación de estas por escrito y puede también efectuar un recuento físico.


III. Estudio de la valuación: Ø Verificar precios de compra. Ø Examinar el sistema de costos. Ø Comparar contra precios de venta. Ø Estudiar el material que no tiene movimiento.


IV. Verificación de las operaciones aritméticas: Ø Ratificar los cálculos que determinan el importe total asignado a inventarios.


V. Revisión de las cifras actualizadas: Ø Verificar la correcta aplicación del boletín B-10



ACTIVOS FIJOS



I. Inspección física y documental de altas: Ø Verificar que los activos adquiridos durante el ejercicio estén debidamente amparados con documentos.


II. Examen de bajas: Ø Verificar su autorización. Ø Si es por venta, verificar el ingreso de efectivo .Ø Revisar la corrección de la depreciación.


III. Depreciación: Ø Precisar el procedimiento y las bases, para juzgar su consistencia.


IV. Análisis de obras en proceso: Ø Cuidar que las partidas capitalizadas correspondan a conceptos normales, así como a las prácticas contables.


V. Revisión de las cifras actualizadas: Ø Verificar la correcta aplicación del boletín B-10



CARGOS DIFERIDOS


I. Verificación documental: Ø Inspección de la documentación que ampara las erogaciones; obteniendo el detalle de todas las partidas.

II. Estudio del concepto y plazo de amortización: Ø Examinar la propiedad del concepto que se pretende diferir para establecer si existe la característica de beneficio futuro y si existe consistencia en su trato contable frente a erogaciones semejantes.

III. Amortización. Verificación de cálculos y consistencia: Ø Con las bases de amortización, efectuar un cálculo global sobre la parte amortizable en el ejercicio y ratificar el importe cargado, así como verificar su relación con el ejercicio anterior.

CUENTAS Y DOCUMENTOS POR PAGAR


I. Solicitud de confirmación de adeudo: Ø Se pide al acreedor que conteste anotando el importe según sus propios registros.

II. Verificación de pagos posteriores: Ø Revisión de los desembolsos efectuados para liquidar pasivos.

III. Revisión de actas y contratos: Ø Revisar los acuerdos de la Asamblea de Accionistas y de juntas de Consejo así como contratos especiales.

IV. Conexión contra otras cuentas: Ø Relacionar el grupo de cuentas por pagar para determinar la corrección del pasivo relativo.

V. Análisis de movimientos: Ø Definir el plazo y las características del pasivo y su presentación.

VI. Certificación – Carta de gerencia: Ø Solicitud del Auditor de una declaración en el sentido de que los pasivos registrados constituyen todas las obligaciones de importancia y sin omisiones.


GASTOS POR PAGAR

I. Cálculos aritméticos: Ø Ratificar los cálculos de la empresa.
II. Verificación de pagos posteriores: Ø Se ratifica la razonabilidad del importe contra el documento original del acreedor.
III. Comparación con erogaciones anteriores: Ø Comparar el importe provisionado contra los pagos efectuados por ese mismo concepto en meses anteriores.
PASIVOS FIJOS O A LARGO PLAZO

I. Solicitud de confirmación de adeudo: Ø Se pide al acreedor que conteste anotando el importe, intereses garantías, etc., según sus propios registros.Ø Debe aplicarse exhaustivamente hasta obtener respuesta.
II. Revisión de actas escrituras y contratos: Ø Verificar la autorización para la contratación en las actas de la Asamblea de Accionistas y de las Actas de Consejo.
III. Cálculos aritméticos (intereses y tablas de amortización): Ø Ratificar las tablas de amortización y se deben efectuar cálculos globales para determinar intereses devengados durante el ejercicio o pendientes de pago.

IV. Conexión contra otras cuentas: Ø Ratificar la corrección de los intereses cargados a los resultados, los intereses registrados en los cargos diferidos y los intereses devengados por pagar.Ø Para efectos fiscales amparar con documentación requisitada los intereses pagados.
V. Análisis de movimientos: Ø Análisis total de los movimientos reflejados durante el ejercicio.Ø Verificar:- Ingresos por nuevos prestamos correctamente aplicados.- Pagos efectuados amparados con sus respectivos documentos.
PASIVOS DIFERIDOS

I. Análisis de movimientos: Ø Revisar movimientos que aumenten los créditos, cuidando ingreso y la condición que los hace diferibles Determinar la porción que se debió aplicar a resultados en el ejercicio examinado y la parte que debe aplicarse a próximos ejercicios, y que es el saldo al cierre del ejercicio que se revisa.
II. Cálculos aritméticos: Ø Pruebas globales con el activo que los genera para determinar la corrección del total y de la parte no aplicada a resultados Verificar los procedimientos de la compañía para juzgar la corrección de los resultados que produce.
III. Cruce contra cuentas: Ø Verificar que la parte devengada sea la misma que se presenta en los resultados del ejercicio.
CAPITAL CONTABLE

I. Análisis de movimientos e inspección de documentación comprobatoria: Ø Examinar saldos de los diferentes conceptos de capital al inicio del ejercicio y las partidas de incremento y/o disminución Verificar que tales movimientos estén debidamente soportados.
II. Estudio de la situación legal y estatutaria: Ø Extractarse las cláusulas de la Escritura y los artículos de la Ley que fijen las reglas para el movimiento de las cuentas de capital.
III. Estudio de su clasificación y restricciones: Ø Verificar si los incrementos han sido correctamente clasificados y las reducciones bien localizadas.
IV. Revisión de las cifras actualizadas: Ø Verificar que la corrección de la actualización efectuada por la empresa se haya aplicado correctamente.
VENTAS O INGRESOS

I. Análisis de variaciones: Ø Incrementos o reducciones, comparando cifras de un ejercicio contra las del antecedente.
II. Revisión de periodo específico: Ø Seleccionar un periodo y revisarlo, verificando que se hayan cumplido las rutinas contables y de control interno establecidas.
III. Corte de remisiones y facturas: Ø Determinar que las entregas de mercancías hayan quedado registradas en el ejercicio que corresponden.
IV. Cruce global contra cuentas por cobrar: Ø Efectuar una prueba para verificar que las ventas del ejercicio o de un periodo se corresponden con los cargos a clientes.
V. Prueba global de ventas: Revisar el dato de unidades vendidas.
COSTO DE VENTAS

I. Conexión contra la revisión de inventarios: Ø Pruebas para ratificar que el costo asignado a las ventas es el de adquisición o producción que se muestra en las tarjetas de almacén.
II. Análisis de variaciones: Ø Examinar variaciones que presenten e investigarlas.
III. Revisión de periodo específico: Ø Revisar que los costos asignados a lo vendido correspondan con las tarjetas de almacén, revisar salidas de almacén, etc.
GASTOS

I. Análisis de variaciones: Ø Comparar gastos incurridos mensualmente para examinar incrementos o reducciones notables. Ø Comparar contra cifras del ejercicio anterior.
II. Verificación documental: Ø Examinar selectivamente, comprobantes para determinar lo adecuado.
III. Conexión contra otras cuentas: Ø Aprovechar el trabajo realizado en las cuentas generadoras y cruzar que el importe aplicado a gastos, corresponda con el de dichas cuentas.
IV. Pruebas globales: Ø Se realizan por conceptos de carácter fijo (rentas) o dependientes (comisiones sobre ventas).
IMPUESTO SOBRE LA RENTA

I. Estudio de las leyes vigentes: Ø Estudiar las bases que establece la L.I.S.R.
II. Cálculos: Ø Con base en la Ley, el auditor debe calcular independientemente el impuesto.
III. Verificación documental: Ø Verificar el pago de anticipos contra las declaraciones y recibos relativos.
P.T.U.

I. Estudio de la Resolución y modificaciones: Ø El auditor debe conocer el instrumento legal que rige su determinación así como las modificaciones que la Resolución hubiese sufrido.
II. Cálculos: Ø El auditor puede realizar los cálculos para determinar la P.T.U. Ø Puede optar por revisar directamente los cálculos de la empresa.
III. Verificación documental del pago: Ø Puede examinarse el pago de la participación correspondiente al ejercicio anterior, y la del ejercicio examinado se puede verificar en revisiones posteriores.
CUENTAS DE ORDEN

El que resulte más adecuado de acuerdo al contenido de la cuenta, es decir, el estudio del grado de realización de la contingencia que implican.Ejemplos:
Avales (solicitudes de confirmación.)
Depreciación fiscal (cálculos.)
Valores en deposito (recuento físico y confirmación.)
Documentos descontados o al cobro (confirmación.)
CONTINGENCIAS

I. Investigación con Ios . Funcionarios y revisión de actas: Ø Conocer decisiones que hayan podido establecer contingencias y documentos que establezcan obligaciones futuras para fijar consecuencias.
II. Confirmación de abogados: Ø Dirigir cartas a abogados de la empresa para ver existencia de contingencias y grado de riesgo.
III. Revisión de operaciones subsecuentes: Ø Revisar desarrollo de las operaciones de la empresa después de la fecha del cierre.
IV. Declaración - Carta de gerencia: Ø Elemento de buena fe, “las operaciones registradas son todas y las únicas”, firmada por la dirección de la empresa.